Tras la detención del principal sospechoso de la muerte de Benjamín Amaya, la fiscala Adriana Giannoni continuará con nuevas indagatorias para determinar los motivos del homicidio del pequeño de cuatro años, ocurrido el jueves 8 de este mes. Entre otras personas, la funcionaria judicial tiene previsto interrogar a familiares y vecinos del barrio de El Colmenar.
Cuando se cumplía la primera semana del crimen de Benjamín, la Policía detuvo Claudio Argañaraz, de 37 años, uno de los muchos hermanos de Francisco Adán Peñalva, quien era el abuelastro del niño. Los investigadores habían logrado avanzar en la identificación de un posible autor del hecho, a partir de un dato clave. Desde el inicio se trabajó con varias hipótesis, como el crimen por ajuste de cuentas, por droga o por abuso sexual.
En medio de la recopilación de informaciones, un testigo de identidad reservada dijo que ese jueves 8 había cruzado a un joven desconocido con un niño, que podría haber sido Benjamín. Esta persona señaló que el encuentro había sido cerca de las 16 -se estima que a esa hora se produjo el homicidio-, y dio datos físicos del sospechoso que posibilitarían luego la rápida identificación. Los dichos se acercaban a algunas descripciones que habían realizado otros vecinos antes, pero se diferenciaban con el aspecto físico. Los testigos expresaron que era un adolescente por su tamaño y contextura física. Por su parte, la persona que dio los detalles importantes expresó que se trataba de un mayor de edad.
El testigo de identidad reservada ubicó después, por una deformación en su boca, a Argañaraz, conocido en la zona como “Cococho”, durante una ronda de reconocimiento dispuesta por la Justicia.
El sospechoso fue arrestado inmediatamente y se le tomaron muestras que servirán para una pericia de comparación genética. No obstante, durante el proceso negó ser el autor del hecho.
Fátima, una vecina del barrio donde vive la familia del niño asesinado, expresó en el programa “Buen Día”, de LG Play, que el acusado “venía seguido” a la cuadra y a la casa del niño. “Salía a trabajar con naranjas, con el abuelo del chiquito (...) Sabía jugar con Benjamín. Tenía contacto con él (por el niño)”, acotó.
“La gente decía que (el día del hecho) andaba con una campera clarita, de color gris. Pero después, cuando andaban buscando al chico, se había puesto otra ropa encima. Los policías pidieron a los familiares que habían tocado el cuerpo, que se sacaran la ropa, pero él (Argañaraz) no quería hacerlo. Lo llevaron a la fuerza. En todo momento estuvo acompañando a los familiares y en la búsqueda, pero se veía que no sentía nada”, contó el viernes.
La vecina relató que el sospechoso participó en distintas reuniones familiares, como fiestas, en la casa de pequeño. En esa línea, recordó: “antes de que le pasara eso a Benjamín, escuché que estaban peleando al frente (de su vivienda). Era ‘Cococho’ con el abuelo del chiquito, el hermano. Era una fiestita. Al finalizar se pelearon y el abuelo lo corrió. Le cerró la puerta y le dijo que se fuera. No sé por qué ocurrió la discusión adentro. ‘Cococho’ le gritaba, pero no sé qué le decía”, recordó.